LA SALVACIÓN
Tal Como Es Enseñada En La Biblia
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El propósito de este estudio es ver lo que Dios ha dicho acerca de la salvación. No es suficiente leer solamente estas afirmaciones. Rogamos que se tome el tiempo de buscar cada referencia en la Escrituras para ver por sí mismo que la Biblia enseña realmente estas verdades. Le animamos a ser como aquellos que son descritos en Hechos 17:11:
“Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
¿Quién es Dios?
El Dios vivo es SANTO (Isaías 6:3; 57:15; 1 Pedro 1:15; Apocalipsis 4:8), por lo cual ÉL está absolutamente apartado y separado de todo lo que es pecaminoso (Isaías 59:2; Salmo 24:3-4; Isaías 6:3-5). La Biblia me enseña que Dios, en Su absoluta santidad y en Su inagotable misericordia, ha provisto un camino para que yo pueda ser salvo y para que pueda llegar al pleno conocimiento de la verdad (Juan 14:6; 1 Timoteo 2:3-6).
¿Quién soy yo?
Yo soy un pecador perdido (Salmo 14:1-3; Romanos 3:10-18, 23; Isaías 53:6; Salmo 51:5; 1 Reyes 8:46) y mi corazón es engañoso y perverso (Jeremías 17:9-10; Marcos 7:20-23; Mateo 7:11). De modo que soy culpable ante el Juez justo de toda la tierra (Romanos 3:19) y estoy bajo la ira y la condenación de un Dios santo (Romanos 1:18; 2:1-9; Juan 3:18, 36).
¿Qué merezco?
Por causa de mi condición pecaminosa y malvada yo merezco la pena de muerte (Ezequiel 18:4; Génesis 2:17; Romanos 1:32; 6:23) la que incluye la eterna separación de Dios y el eterno castigo por Dios; aún el lago de fuego, que fue preparado para el diablo y sus ángeles (2 Tesalonicenses 1:8-9; Mateo 25:41, 46; Marcos 9:42-48; Apocalipsis 20:11-15; 21:8).
¿Qué es el Evangelio (Buenas Nuevas)?
Por causa de Su maravilloso amor y misericordia, Dios envió a Su amado Hijo al mundo (Juan 3:17; Mateo 1:21-23; Lucas 19:10; 1 Timoteo 1:15). El Señor Jesucristo, quien es el eterno Dios (Juan 1:1; Isaías 7:14; 9:6; Miqueas 5:2; Tito 2:13) y el Creador de todas las cosas (Juan 1:3; Colosenses 1:13-16), murió en la cruz en MI lugar y como MI Sustituto y así pagó la pena de muerte por mi (Isaías capítulo 53; Romanos 5:6-8; 1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21; Gálatas 1:4; 1 Pedro 2:24; 3:18; 1 Juan 2:2; 3:16; 4:10). Él también resucitó de los muertos como comprobación de que Dios el Padre estaba complacido y satisfecho de que la pena de muerte fue plenamente cancelada por Dios el Hijo (1 Corintios 15:4-20; Romanos 4:25) y para demostrar que ÉL (Jesucristo) era y es todo lo que ÉL aseguraba ser (Romanos 1:4).
¿Qué debo hacer para ser salvo?
En vista de quién es Cristo y lo que ÉL ha hecho en la cruz por mi, es responsabilidad mía creer en el Señor Jesucristo (Hechos 16:30-31; Juan 3:16, 18, 36). Esto significa que yo debo venir a Cristo (Juan 6:35-37) y recibirlo como mi personal Salvador y Señor (Juan 1:12; Romanos 6:23), comprendiendo y creyendo los siguientes hechos:
- El Señor Jesús es el único Salvador (Hechos 4:12; Juan 10:9; 14:6). No hay salvación fuera de ÉL.
- El Señor Jesús murió y resucitó para mi salvación (1 Tesalonicenses 4:14; 1 Corintios 15:3-4; Romanos 10:9).
- El Señor Jesús puede salvarme (Hebreos 7:25; Isaías 59:1; Mateo 19:24-26).
- El Señor Jesús quiere salvarme (Juan 6:37; compare con 1 Timoteo 2:4).
- El Señor Jesús me salvará si yo confío en ÉL Y solo en ÉL como mi Salvador (Juan 3:16).
También debo darme cuenta de que no soy salvo. . . .
. . por buenas obras (Isaías 64:6; Efesios 2:9; Tito 3:5)
. . por tratar de guardar la ley (Romanos 3:20; Gálatas 2:16; Santiago 2:10).
. . por bautismo en agua (Efesios 2:8-9; hechos 16:31).
Soy salvo solamente por la gracia y la misericordia de Dios por medio de la fe (Efesios 2:4-9 y Tito 3:4-7). Fe es descargar todo mi peso en Cristo (en quién es ÉL, en lo que ÉL ha hecho y en lo que ÉL ha dicho). Nada traigo en mis manos, sólo me aferro a Tu cruz.
¿Cómo puedo saber que soy salvo?
Porque Dios no puede mentir (Tito 1:2; Hebreos 6:18) y porque Jesucristo siempre es fiel (Hebreos 13:8), con confianza y alegría acepto y descanso en las siguientes promesas de salvación: Mateo 11:28; Juan 1:12; 3:16; 3:18; 3:36; 5:24; 6:35; 6:37; 6:47; 10:9; 11:25; Hechos 10:43; 16:31; Romanos 10:9; 10:13; 1 Juan 5:11-12.
¿Qué debo hacer ahora que soy salvo?
Ahora que soy un creyente en Cristo, es mi responsabilidad crecer y seguir creciendo en la gracia y en el conocimiento de mi Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18). Para ser un creyente sano y que crece debo:
- Ser bautizado en obediencia al mandamiento de Cristo (Mateo 28:19-20; Hechos 10:48; 2:38) y como un testimonio público de mi nueva vida en Cristo (2 Corintios 5:14-17; Romanos 6:3-11; Gálatas 2:20).
- Alimentarme diariamente de la Palabra de Dios (1 Pedro 2:2; Mateo 4:4; Salmo 119:97).
- Venir a Dios y venir ante Dios diariamente en oración (Hebreos 4:16; 1 Tesalonicenses 5:17; Lucas 18:1).
- Asistir fielmente a una iglesia que cree y enseña la Biblia (Hechos 2:42; Hebreos 10:25).
- Confesar mis pecados (el pensar, el actuar y el ser que no está en armonía con la Santa Persona de Dios; mi carácter y conducta que no es igual a la de Él) a Dios diariamente y estar de acuerdo con ÉL en que lo que he hecho es pecaminoso a Sus ojos (1 Juan 1:8-2:2 y ver especialmente 1 Juan 1:9; Salmo 51:3-6; Salmo 32:3-6; Proverbios 28:13).
- Confesar a Cristo ante los demás (Salmo 107:2; Mateo 10:32; Romanos 10:9-10). Alégrate de tenerlo a ÉL como tu Salvador.
- Se un fiel testigo, señalando claramente hacia Cristo con hechos y palabras (Hechos 1:8; Isaías 43:10-12). Debo atraer la atención hacia Cristo por mi manera de vivir y hablar (Filipenses 2:15-16; Colosenses 3:17; 1 Pedro 3:15; Colosenses 4:4-6).